Análisis de una obra
- Pablo Casas
- 3 oct 2024
- 3 Min. de lectura
La Casa Eames fue construida por Charles y Ray Eames entre 1945 y 1949 como parte del programa Case Study Houses de la revista Arts & Architecture de Los Ángeles.
Esta colección de casas tenía como objetivo explorar nuevas ideas sobre la vivienda, haciendo que estas fueran más económicas y eficientes. Tras la Segunda Guerra Mundial, con el regreso de los soldados, era crucial desarrollar métodos que permitieran una construcción rápida y sencilla.
En un principio, la Casa nº8 iba a ser diseñada por Charles Eames y Eero Saarinen, pero debido a la demora en la llegada de materiales por la escasez en la posguerra, el matrimonio, que pasaba largos días en el terreno disfrutando de la naturaleza, decidió redefinir el proyecto. Reutilizaron los materiales, pero cambiaron la ubicación de la vivienda, diseñándola como dos estructuras sobre un terreno rodeado de eucaliptos. La colaboración entre ambos arquitectos, sin embargo, se concretó en la Casa nº9, que se ubicó en la misma parcela en Pacific Palisades, a pocos metros de distancia.
La Casa Eames estaba formada por un edificio residencial y otro de estudio, ambos de dos plantas, situados detrás de una pendiente natural. Un muro de contención de hormigón de 2,4 metros de alto y 60 metros de largo resolvía la integración de la vivienda con la ladera.
En la planta baja de la residencia se encontraba una sala de estar de doble altura, junto con la cocina, el dormitorio y el lavadero, aunque estos espacios eran bastante flexibles y versátiles. El segundo nivel contaba con dos dormitorios y dos baños.
El edificio del estudio tenía una estructura similar, pero más pequeña. En su planta baja se hallaba un taller de doble altura con una sala oscura y un aseo, mientras que en la planta superior había una pequeña habitación que se usaba como almacén o dormitorio para invitados.
Este edificio se distingue por su precisa modulación, con diferentes módulos de 7,5 x 7 pies (2,3 x 2,1 metros) que formaban la casa. Ambos edificios estaban separados por un patio que ocupaba 4 módulos y que servía como distribuidor entre los dos bloques. El estudio tenía una medida de 5 módulos, y la vivienda, 8 módulos, con una anchura de 3 módulos.
Esta modulación era crucial, ya que estaba condicionada por la reutilización de perfiles metálicos de la Bridge House, perfiles industriales fabricados en serie. De este modo, se demostraba que cualquier material podía dar lugar a una arquitectura singular, fácilmente replicable y de montaje sencillo.
El sistema modular, lejos de ser restrictivo, resultó ser expansivo según los arquitectos, quienes lo expresaron en mayo de 1949 en la revista Arts & Architecture.
La estructura y los materiales eran tan relevantes que se dejaron a la vista, formando parte integral del diseño. De hecho, la estructura de pórticos compuestos por vigas de celosía y pilares de 6 metros de luz para crujías de 2,3 metros se montó en solo día y medio.
En cuanto a la demostración de las posibilidades de la tecnología industrial, se emplearon también materiales como el vidrio, que variaba en textura según el nivel de transparencia deseado o la relación con el exterior. Cortinas de lino aportaban privacidad y embellecían las fachadas. Otros ejemplos eran los cerramientos de chapa ondulada, paneles de ferrocemento y carpintería metálica, además de las carpinterías de aluminio industrializado y el techo y terraza de acero.
Finalmente, el exterior de la casa estaba compuesto por paneles de madera, asbesto y cemesto, pintados en tonos primarios o blanco, y en ocasiones revestidos con estuco mezclado con pan de oro.
Los colores elegidos para estos paneles también fueron cuidadosamente meditados, reflejando la influencia del neoclasicismo y el movimiento De Stijl, siendo uno de los pocos ejemplos fuera de Europa de este estilo artístico que buscaba integrar las artes en su totalidad.
Esta combinación del carácter industrial de los materiales y los toques artísticos con colores primarios permitió que la casa se integrara armoniosamente con la naturaleza circundante, convirtiendo la Casa nº8 en un icono.
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